No quise decirte adiós, tuve que aprender a volar por mi mismo.
Si me preguntaras porque, no sabría decirlo; pero, fue la ausencia de tus palabras, aquel “te quiero, te amo” dejaron de ser para mi .Me convertí pues entonces en una sombra junto a ti en la distancia. Me apresaste si, pero con las alas rotas pude levantarme y cada día se multiplicaron los Ángeles que me rescataron y en cada uno de ellos puse una parte de mi corazón, pero guarde ese lugar especial par quien me vio por primera vez y a ese ángel especial nunca le diré que me hiciste daño, porque se me habrá olvidado para siempre.
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